Me preguntó de dónde venía, entonces, todo aquello que yo siento, en especial esas lágrimas que él mismo había descubierto. Yo le contesté con alguna excusa de la química cerebral medio cierta, medio inventada, pero quería decirle que en realidad ni yo sabía.
Cuando nos fuimos me regaló un alma y yo no pregunté más.
Cuando nos fuimos me regaló un alma y yo no pregunté más.
C
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