Vivo galvanizado por un recuerdo triste,
que acibaró mi enferma juventud desvalida
de los viejos tesoros que hubo en mi,
nada existe,
voy con el alma en sombras y
con la fe perdida.
Del más mínimo esfuerzo
mi voluntad desiste,
y deja libremente que por la vieja
herida del corazón se escape
-sin que a mi alma contriste-
como un perfume vago
la esencia de la vida.
¡Lasciate ogni speranza!
Hoy solo el alma enferma
anhela desligarse de esta mísera carne.
que los males agobian
y que el gusano merma.
y pedir al olvido su
ropaje de ensueño...
¡tal vez para que pronto
torne al mundo y reencarne
en el cuerpo leproso
de algún perro sin dueño!
E.N.C
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