Pero un día, no sé cuándo, paré. Dejé
de hablar de mí con los otros, me volví dura, desinteresada, insensible. Me
dejé.
Pasaron varios años, el tiempo corre.
Ahora que hice una pausa y estoy mirando a mi alrededor no entiendo nada de lo
que está pasando. No tengo ni idea de quién soy ni donde estoy parada. Antes me
odiaba, ahora no me reconozco. Me dejé y creo que todos se dieron cuenta de
eso. Tengo la intención de cambiar, de quererme un poco más, de volver a vivir
para algo, por algo. El tema es que sé que no lo puedo hacer sola y los últimos
años me dediqué incansablemente a esconderme de las personas. No hice ni un
amigo nuevo y los viejos...a los viejos los quiero mucho pero a veces creo que
ellos tampoco me reconocen. La verdad es que me volví aburrida. Estar conmigo
es o incómodo o aburrido o básicamente es como acostarse en el diván de una
terapeuta mediocre. Existo para escuchar los problemas de los demás y dar
consejos que ya sé que nadie va a seguir pero me encanta saber que tengo razón.
Vivo hablando de mil pelotudeces que al parecer solo a mí me importan con tanta
efusividad como que descubrí una peli de Vanessa Hudgens que no es una total
estupidez (de hecho es bastante seria, mirala, se llama "Gimme
Shelter") o que Robert Downey Jr. una vez sacó un disco y canta sarpado ( y ni hablar de que cantó con su amigo Sting en vivo). Abuso demasiado de la ironía y de auto-chistes sobre mi
aspecto físico, etc. Cuando pienso en eso, cuando vuelvo a mi casa después de
salir con amigos, no hay vez que no me sienta sapo de otro pozo, no hay vez que
no esté de acuerdo con que soy insoportable y pesada y que no sienta que los
demás probablemente piensen lo mismo.
El punto es que me escondí tanto porque
no quería saber nada más conmigo que ahora me la paso teniendo conversaciones
sobre los demás, la gente me pregunta como estoy y cuando empiezo a contarles
automáticamente cambian de tema, me la paso repitiendo lo que ya dije mil
veces. No puede ser que nada de lo que yo digo quede en la memoria. No puede
ser casualidad, o yo estoy hablando muy bajito o los demás no me escuchan. Ojo
no culpo a nadie, yo me ocupé de que las cosas sean así. Últimamente siento que la gente me mira como si yo fuese un bicho raro, como si me tuviesen lástima.
Estoy cansada. Quisiera poder ser yo,
si supiese quién soy. Quisiera que alguien me alcance un micrófono y empezar a
decir todo lo que se me cruce por la cabeza, sin filtro, sin careta. Soy
bastante así, suelo decir lo que pienso porque cada vez que voy a mentir me
siento poco original, odio cuando todos usan las mismas frases, cuando todos
están bien, cuando todos aman tal cosa, odio cuando la gente es poco original.
Pero el mundo es así, y por eso siento todo el fucking tiempo que tengo que
borrar mi forma de ser en general porque debo estar "quedando mal".
Por eso siento que tengo que meter panza, depilarme las cejas, comprarme ropa
(odio comprar ropa), estirar mis nuevos zapatos para no parecer una morsa en
ellos, pintarme, saber sobre todo, no hablar demasiado, estar siempre preparada
y tener un arsenal de mecanismos de defensa listos por si todo sale mal. Todo
esto lo hago porque el mundo me demostró que si soy yo nadie me va a dar bola,
nadie me va a querer (al menos no a largo plazo). Hay una parte de mí que
quiere cambiar para poder encajar y finalmente ser feliz y otra bastante
testaruda que me dice que me quede así y que si no me quieren así allá ellos.
Uno podría pensar que tengo razón, pero una vez más el mundo me demostró que no
es así. No lo entiendo, quizá nunca lo entienda.
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