Hoy me senté en mi cama como todo los días y me saqué los zapatos.
Estaba cansada igual que las demás tardes y pensaba en que mañana voy a tener
que trabajar de nuevo.
Estaba todo demasiado quieto, demasiado normal, demasiado muerto.
Fijé los ojos en un cuadro que me miraba como queriendo decir algo y ahí fue
cuando me di cuenta: miré a mi alrededor y caí en que no había ordenado desde
hacía meses y que todo estaba intacto tal cual él lo había dejado. Me asusté un
poco pero rápidamente empecé a darme cuenta que había estado apilando mis
nuevas cosas sobre las cosas viejas, las cosas viejas que él tocó.
Es raro que me pase esto justo cuando me decido a escuchar esas bandas de
nuevo. Es raro pero no puede ser casualidad.
Estuve casi un año sin mover de lugar mis cosas, ni las suyas, ni
las nuestras. En ningún momento se me ocurrió borrar sus rastros, hasta me
parecían inofensivos.
De todas formas, que me haya dado cuenta no quiere decir que tenga
las ganas y las fuerzas para borrarlo del todo...no lo sé, no tengo idea cuando
va pasar, no me interesa demasiado tampoco pero fue bastante loco ver actuar a
mi inconsciente.
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