Es casi imposible, para mí, encontrar
algunas respuestas. Me vuelve loca no
entender, y peor aún: no entenderme.
Me pregunto si mi
problema es la soledad o si ella en verdad es alguna
especie de consecuencia de un conflicto mucho mayor.
Lo que me aterra y
a la vez resguarda es pensar que siempre va a estar
conmigo este dolor, esta angustia en el pecho que me marcó
desde siempre y me hace ser quién soy.
Estoy atascada
entre mis propios hemisferios que se rebaten en una
batalla que no pareciera tener fin. Uno busca
desesperadamente escaparse de la soledad y el otro se aferra a ella
como capitán a su condenado barco.
Eso soy, un barco
que navega sin rumbo cuya única certeza es la del
inminente final. Me hundo, me hundo todos los días un poco.
Pierdo la
esperanza en los demás y la pierdo en mí. Me siento cansada y
sin ganas de nada...ni de amar ni de ser amada, no tengo
ganas de conocer a nadie ni de tener que explicarle a
alguien quien soy o quién quiero ser y menos que menos quién
fui. Perdí el interés en todo. Siento que me olvidé como era
besar a alguien, abrazar y sentirme segura y tampoco
siento ganas de que algo de eso me pase...hasta creo
que me da algo de miedo.
Quizá nunca pueda
entenderme y eso tampoco sería señal de nada. Aunque
supiese todas las respuestas ninguna sería garantía de
alguna solución.
La vida es muy
corta, pienso...quizá no debería pensar tanto y dejarme
llevar...
C
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