Rather than love, than money, than faith, than fame, than fairness... give me TRUTH.


30 de marzo de 2009


Te ha dejado. Ya no te quiere, ya no es lo mismo, hay otra persona... Da igual: se acabó. De repente tú, que hasta ese punto estabas "bien" sin más con tu pareja, pasas a un estado de amor apasionado, profundo, absoluto, sólo comparable al dolor que te produce no poder tenerla más contigo. De repente esa persona pasa a ser perfecta, no puedes vivir sin ella, te duele mirar hacia adelante y no verla contigo (aún peor, imaginarla con alguien que no eres tú), te duele mirar hacia atrás recordando momentos que no se repetirán o haciendo que parezcan mejores otros que tampoco lo fueron tanto.


Además lo hace peor el hecho de que por todas partes hay cosas que te traen recuerdos o te hacen pensar en lo que más te duele. Escuchas una canción que le gustaba, o la letra te dice algo que tú querrías decirle; ves una película, lees un libro, y no hay escena romántica que no te parta el corazón; vas por la calle y ves a una pareja feliz y piensas "¿qué tienen ésos que no pueda tener yo?". Y las perspectivas tampoco son buenas, porque o no te gusta nadie (nadie que no sea esa persona) o no les gustas tú, quizá las espantas -el dolor se "huele"-, quizá tu propia negatividad te hace estropear las posibilidades que podrías tener. Y en el caso de que sí tengas éxito con alguien más, de todas formas tampoco será con quien tú querrías estar.

Quizá lo peor de todo es lo que te dicen los demás cuando les das la paliza con tus penas: el rollo de "el mundo está lleno de gente maravillosa", "encontrarás a alguien mejor", "él/ella se lo pierde", "no te merece", "la persona perfecta está esperándote", y el resto de tópicos bienintencionados que te parecen estupendos pero que no te sirven para nada. Te da igual quién esté por ahí, tú a quien echas de menos es a quien has perdido; te da igual cuántas personas fantásticas te estén esperando si ya no te espera la única que tú quieres; te da igual lo de que "tú vales mucho", sientes que no vales nada si no te valora ese alguien especial. Sin esa persona nada tiene sentido, nada vale la pena.

Es que tus seres queridos, ya sea por intentar transmitirte sensaciones positivas o por la empatía de quien alguna vez ha pasado por lo mismo, te dicen lo que te dicen con toda su buena fe pero quizá siquiera sin ser conscientes de que te están mintiendo; la idea es "suavizarte las cosas" hasta que se te vaya pasando, y si tú entras en ese engaño quizá consigas sujetar tus pedazos hasta que se vayan soldando de nuevo con el tiempo. Pero en el fondo sabes que todo eso no te alivia. Enterrar hondo el dolor sólo sirve para que tardes más en expulsarlo, y si no vomitas el veneno quizá nunca lo elimines del todo; así que vamos a hablar claro.

Saldrás de ésta, pero te queda un infierno

En primer lugar, no eres la primera persona de este planeta que pasa por algo así ni serás la última. No es que le pase a todos, pero sí la mayoría de nosotros hemos sabido lo que es el desamor y algunos incluso pasamos mucho tiempo, días, semanas, meses, algunos quizá años, al límite de nuestra capacidad de sufrimiento. En mi caso concreto tengo grabadas en mi cabeza las fechas, contados los días en que me despertaba cada mañana sorprendido (en serio) por no haber muerto y pensando que era imposible que un ser humano sobreviviera a aquello un sólo día más; y cuando a la mañana siguiente me volvía a despertar me decía "es increíble, no he muerto todavía; pero es imposible que sobreviva hasta mañana así". Estaba convencido de que no podría superarlo, pero lo hice. Y tú también lo harás.

Porque tengo una noticia buena y otra mala: de esto se sale, y se puede salir al 100% -de verdad-; pero el camino es un infierno. Si crees que hasta ahora has sufrido, métete en la cabeza que probablemente lo que te queda es mucho, mucho peor. Ahora mismo tienes tus percepciones distorsionadas por el vacío interior y la pena, no puedes fiarte de lo que te dice tu cabeza y mucho menos tu corazón.

Un día antes de que supieras que serías abandonado esa persona no era tan increíble, maravillosa, irrepetible, sobrehumana y mágica como te lo parecía después; ¿se ha vuelto así de "extraterrestre" de repente? Claro que no. Es que no era así, era como tú la veías cuando estabas con ella y la conocías perfectamente; y es más, en realidad no la echas tanto de menos aunque tú creas que sí. En parte también lo que te falta es la sensación de ser amado, echas de menos la sensación de tener a alguien, y te duele el vacío de la pérdida (da igual quién ocupara ese espacio antes). Pero claro, nuestro impulso instintivo es asociar "vacío" con "la persona que hasta ayer estaba ahí". Es una trampa de nuestra mente, recordamos dónde buscar la satisfacción de nuestras necesidades y es a donde primero nos dirige nuestra naturaleza; pero no te engañes, en realidad no quieres a esa persona más de lo que la querías ayer cuando estabas "bien sin más". No la echas de menos, no te duele perderla a ella: te duele la pérdida en sí, haber sido dejado, el vacío. Qué duro es que alguien no te quiera, sobre todo si crees que podría quererte porque ya antes lo hizo.

Hablando de esos dos amantes felices que te cruzas por la calle, quizá no sea la primera vez que los ves; quizá cuando tú ibas feliz por la misma calle con tu pareja te los cruzaste solos, sin reparar en su presencia, y ellos pensaron exactamente lo mismo de ti que tú hoy piensas de ellos. El mundo funciona así, todos pasamos por momentos muy buenos y momentos muy malos y los que tienes alrededor estarán en un momento maravilloso como ayer o mañana tendrán sus pequeños desastres. Recuérdalo la próxima vez.

Y bien, ¿qué hay a partir de ahora?

"Tu pareja perfecta está esperando". Pues mira, quizá sí y quizá no. Quizá en el futuro aparezca alguien, quizá no, si viene quizá se parezca a lo que has conocido hasta ahora, quizá sea absolutamente diferente. Pero eso no importa, porque tú tienes que salir de ésta, pegar tus pedazos, recuperar tu autoestima y el control de tu vida, tu felicidad, tu integridad, tu presente y tu futuro, independientemente de quien aparezca o deje de aparecer. Ahora mismo tienes una enfermedad que se llama desamor que es devastadora, asola el corazón y afecta a toda la persona; así que primero te tienes que curar y recuperarte del todo y luego, cuando no necesites a nadie que venga a cubrir tus carencias, ya veremos si te tropiezas con alguien suficientemente bueno para tus exigencias -y tú para las suyas- o no.

Pero ahora hay cosas más urgentes: igual que cuando uno tiene una enfermedad física tiene que pasar un tratamiento que a veces no es agradable, el desamor requiere un trabajo que acorta mucho el proceso de recuperación y aumenta enormemente las posibilidades de que salgas de todo esto con sólo una cicatriz limpia que te recuerde lo que has pasado pero que no te afecte para nada en tu vida futura. Pero un millón de veces no te apetecerá, así que tendrás que obligarte.

Para ser feliz hay que obligarse

Se trata de hacer cosas que te gusten, buscarte actividades placenteras, hacer eso que siempre dejabas por falta de tiempo o de ganas pero que te atraía. Parece una tontería, pero hay que tener disciplina para ser feliz; especialmente cuando lo que te apetece es hundirte más. Vete al cine, a la playa, al parque, apúntate a clases, aprende algo, lee lo que tenías pendiente, haz deporte o juega a algo divertido... Yo qué sé, haz tu lista personal y síguela sin concederte ni un momento para bajarte el ánimo. Si las circunstancias han tirado de ti hacia abajo, tú al menos todo lo que hagas que sea para subir; si te encuentras mal y el dolor te hace retroceder, lo que de ti dependa, de tu voluntad, que sean sólo cosas que te ayuden a avanzar.

Igual pasa con los "pensamientos intrusivos". Hazte a la idea de que lo que tenías se ha acabado; no vas a poder evitar los recuerdos o pensamientos que aparecen súbitamente, somos humanos y estas cosas pasan, pero sí puedes no rendirte y hundirte. Trata una y otra vez de apartar de tu mente todo lo que sea mirar hacia atrás (lo que esa persona pensaría o piensa de ti, lo que hace, lo que dijo, lo que te cuentan de ella) y esfuérzate al máximo en concentrarte en construir la nueva etapa de tu vida que empieza ahora. Esto es especialmente difícil cuando aún tienes contacto con ella o con personas comunes, pero da igual: no te estoy diciendo que te conviertas en un robot y que no falles nunca, simplemente que hagas todo lo posible y que si te vienen cosas malas de fuera al menos que tú desde dentro pongas las buenas. Haz todo lo que puedas, y si un día te sale todo mal vuelve a empezar e inténtalo de nuevo; tú haz lo que tienes que hacer y ten paciencia.

Ya ves que es una lucha constante, hasta las cosas buenas se te harán difíciles... Y encima cuando creas que hayas avanzado algo tendrás bajones que te harán pensar que no has conseguido nada. Un día te levantarás con energía, algo te hará reír, empezarás a pensar que después de todo serás capaz de superarlo, y en cualquier momento cualquier detalle, una canción, un comentario, cruzarte con esa persona o alguien común, lo que sea, te volverá a tumbar. No te preocupes, sigue haciendo tu trabajo de recuperarte y lentamente, muy poquito a poco, cada vez será más difícil y menos frecuente que te tumben y cada vez te levantarás más rápido. ¿Qué quieres? Estás curándote, así son las cosas.

En ese proceso es posible que se te den dos circunstancias especialmente importantes: que quieras darle a esa persona la imagen de que te estás superando, y que quiera volver.

En el primer caso: olvídate de eso. Tenemos la tentación de "enseñarle" al otro (o al conocido común) que estamos bien, que lo estamos superando, que no le necesitamos... Eso es mirar atrás. Aunque sea para decirle lo bien que te va, estás pensando en "lo que piensa de mí"; métetelo en la cabeza, eso a ti ya no te tiene que interesar. No tienes que demostrarle nada a nadie, pero mucho menos a alguien que voluntariamente decidió salir de tu vida; ¿ya no son pareja? Ok, pues tu vida privada y tus sentimientos ya no le interesan. Es una tentación muy grande y por un momento creemos que nos hace sentir bien, pero en realidad en nuestro proceso de recuperación todo lo que sea darle importancia a alguien que queremos que ya deje de tenerla es un obstáculo. Vale, no se puede evitar pensarlo, pero en lo que puedas lucha contra ello: si te importa, mucho o poco, algo, lo que alguien piense, es que tiene influencia en tu ánimo -o sea, en tu vida-. Mira hacia adelante.

En el segundo caso: piénsatelo dos veces antes de decidir. Ocurre a veces que si el que deja ve que el otro sale adelante sin él, se invierten los papeles y empieza -cree- a echarte de menos; en realidad no te quiere más que antes, no te ha vuelto a querer mágicamente porque haya descubierto que eres diferente al día antes de romper. Es simplemente que ahora está sintiendo el vacío y le pasa igual que a ti, su instinto le hace buscar ese "alimento afectivo" donde lo había encontrado hasta ahora. Se aprende a querer a alguien a partir de ir conociéndole con el contacto, lo que se siente cuando ese alguien no está es otra cosa: vacío. Y más cuando a partir de ese contacto ya esa persona decidió que quería seguir su camino sin ti: por algo -o alguien- sería. Así que si dice quiere volver, la decisión es tuya; pero piensa que tú tienes que recuperar tu vida sin depender de nadie. Cúrate, rehazte, y si a partir de ser alguien "sano" resulta que esa persona que conoces bien tiene lo que tú exiges para volver a ser tu pareja y quieres ir adelante pues adelante. Pero recuerda por qué cree sentir lo que dice, y recuerda que ella no es el remedio para el dolor: esa medicina la tienes que fabricar sólo tú.

Después de ese camino tan largo, duro, con algunas subidas y muchas bajadas (quizá ahora te parezca menos difícil, pero créeme que lo será), llegará un momento en que por fin seas libre. Casi ni te darás cuenta, quizá algo después cuando ya lleves algún tiempo de recuperación completa y digas "llevo un tiempo sin sentirme mal"; pero llegará. Ahora bien, ¿te quedarán secuelas? ¿Serás capaz de iniciar una nueva relación como si nada hubiera pasado? ¿Tendrás dudas o desconfianza? ¿Se sale de esto de verdad, completamente?

Curarte del todo depende de ti

Sí puedes curarte y superarlo de verdad, pero depende mucho de ti. Esto es como cuando uno tiene un problema médico y la rehabilitación es clave para la recuperación total: es más fácil quedarse en casa o no hacer bien los ejercicios, pero si los haces bien -y duelen- al final puedes volver al 100% y en algunos casos incluso más gracias al trabajo físico. Autoflagelándose, compadeciéndose, negando la realidad, fantaseando con la pareja ideal que venga a sacarnos del agujero, hay muchas más posibilidades de que quedemos "marcados"; pero aceptando las cosas tal como son, aceptando que somos humanos y tenemos que pasar un período de "duelo" que no nos va a quitar nadie, poniendo todo de nuestra parte para levantarnos venciendo los pesos que tiran de nosotros para abajo, nos ganamos la casi total seguridad de que de todo esto sólo nos quedará una buena cicatriz que nos recuerde lo que pasamos, quizá incluso nos moleste cuando cambie el tiempo, y experiencia para el futuro. Y por cierto, con la recuperación no sacarás una "vacuna" que impida que te vuelvan a dejar; nadie puede garantizar el futuro. Pero tendrás una fuerza interior mucho más grande, más autoconfianza y valor, y la seguridad de que tendrás más posibilidades de superar cualquier otro desastre que se presente.

Así que, si te han dejado y estás en la oscuridad, empieza a moverte. Nadie dice que sea fácil llegar hasta la salida, te perderás mil veces cuando creas que ibas bien, pero el final del túnel está ahí y tú tienes lo que hace falta para alcanzarlo. Se acabó una etapa de tu vida y la siguiente está esperándote: decide cómo quieres que sea y ponte a trabajar para construirla.

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