RED, GOLD AND GREEN

Fue un segundo. Me senté y empecé a leer. Todas esas frases ya no eran mías. Ninguna decía lo que estaba sintiendo. Me costaba creer que alguna vez me haya sentido así. Pero yo se que fue así. Había sentido todas esas cosas y las había escrito para nunca olvidarlas. Había inmortalizado todas esas canciones, pero esta vez yo estaba ahí, frente a ellas, y no las quería más. Pensé en borrar algunas pero de repente quería borrar todas. Ningún lazo me ataba ya a esas cosas del pasado. Quería arrepentirme de todo eso, pero el arrepentimiento también era parte de mi pasado. Sentía ganas de que empiecen las vacaciones y empezar una vida nueva. Sentía ganas de hacer todo lo que siempre quise hacer. Me llenó de tranquilidad saber que en el verano me iba a alejar de todos, y de los que no, estarían conmigo, pero de otra forma. Quería reconstruir mis relaciones y terminar definitivamente con las que ya eran escombros. Ya no me importaba si encontraba o no a la persona de mis sueños, ni siquiera temía que la persona de mis sueños no existiese. Por primera vez sentí que mi pasado ya no me importaba, si, fue, pero ya pasó. Seguí leyendo las frases, no era yo la que las escribió. O sí, había sido yo pero yo ya no era yo, era otra, me sentía otra. Veía el mundo sin ninguna esperanza más que la de sobrevivir esa tarde y quizá esa noche, pero no veía más allá. No quería hacer planes, aunque los que ya había hecho iban a ser tomados en cuenta. Iba a salir todas las tardes de sol y cielo azul a patinar e iba a mojarme con la lluvia los días que esta me visitara. Iba a empezar aro los fines de semana e iba a pasarme las noches leyendo libros y mirando películas. Quizá iba a reconstruir esa amistad de 8 años en algún campo de Mendoza o iba a evitar futuros derrumbes. Iba a cantar en el recital de Coldplay e iba a tocar la guitarra en todo momento libre. Iba a empezar el colegio y a terminarlo lo mejor que pueda y después iba a vivir la vida que nunca soñé vivir. Me quedé mirando el “J&C” que había escrito entre las frases y pensé que quizá ya no me gustaban esos nombres para mis hijos y tampoco aquellos, ni siquiera sabía si aun quería tener hijos. Ese había sido el sueño más grande de mi vida, pero ya no sentía ganas de soñar. Ya no iba a creer en promesas y aunque me diese un poco de miedo iba a dejar de guardar todo. Ya no me interesaba la idea de recordarme si es que alguna vez me olvidaba. Sentí que no había nada que no quisiese perder. Pensé en quemar todo, pero no pude. Ya no iba a escribir más. Ese había sido el segundo gran sueño de mi vida pero sentí que no servía para escribir, que nadie jamás podría interesarse por alguno de mis textos y eso tampoco era algo que me importase realmente. Ya no sentía dolor al ver mis sueños pudrirse. La música, ese si que era un gran sueño. Ni siquiera eso me afligía. Ni siquiera el saber que jamás iba a cantar frente a alguien o tocar una canción o siquiera aprender más de un instrumento, era una triste idea. Ni siquiera estaba triste, estaba bien así. No sentía rencor, ni odio, ni amor. Me quedé mirando por la ventana, el sol se estaba yendo y había dejado para mí su reflejo rojo y dorado en el árbol. Me sentía bien. Por un segundo me sentí bien.